4/2/15 – TODO el mundo, aunque sea “solo una vez en la vida”, debe pasar por la experiencia de cortarse las venas (dicho hipotéticamente) a causa de un mal de amores. Nadie debe perderse una noche de desvelo, quizás a lágrima viva, ante el dolor de escuchar un bolero que nos transporte a una etapa color de rosa con la pareja que ya se fue.
“Claro, si pasa de dos veces entonces sí hay problemas serios. El amor hay que vivirlo en todo su esplendor y si hay que cortarse las venas, pues se hace. Nosotros los latinos tenemos la costumbre de sufrir por amor”, comenta Gilberto Santa Rosa a Helda Hoy, a propósito de la salida de su nuevo disco “Necesito Un Bolero”.
HH: Los boleros más tristes son los más populares…
GILBERTO: Ese fenómeno se da en la música.
HH: ¿Cuándo te toco a ti pasar por ese sufrimiento?
GILBERTO: La primera vez que me rompieron el corazón fue siendo muy joven. Y uno no tiene con que defenderse. Eso no se olvida. Y los mismo puede ser a los 15 que a los 30 o a los 40…
HH: No hay edad. La madurez ayuda a manejarlo, más o menos.
GILBERTO: ¡Claro! Lo que sí recuerdo cuando muchachito, con cero de experiencia, es que cantaba yo en la escuela las canciones de Felipe Rodríguez. Los maestros me decían que todo estaba muy bonito, pero que si no tenía otra canción a tono con mi edad.
HH: Yo canté en quinto grado una de Lucho Gatica. Psss!
GILBERTO: Cuando conocí a José Feliciano, le comente: “Haz pegado <Tú Me Haces Falta> en el mundo entero, pero yo la pegué en mi escuela a los seis años.
HH: ¡Qué pantalones!
Y hablando de boleros románticos, compartimos cómo es que lo jóvenes de las nuevas generaciones carecen de los elementos de conquista sutiles, ante lo que fue la llegada de las letras musicales agresivas del reguetón.
“No la extrañan porque no la conocen. Pero no se preocupen que eso viene…Además, no crean, el reguetón ya empezó (a transformarse) porque toda la música al final muere en el amor. Cada uno en su expresión. Ya verán”, opina el cantante.
HH: ¿Qué quieres decir? Este ha sido un ciclo largo.
GILBERTO: Que todos (los géneros) se encuentran. Las aguas vuelven a su nivel. Mi hijo Omar de 28 años era un reggueatonero natural de clavo pasa ‘o. Un buen día descubrió a José José y de momento salió con un montón de discos suyos. No tiren la toalla que eso va a pasar. Por ahí hay un muchos muchachos que están haciendo buena música. Así que hay esperanzas.
En su disco “Necesito Un Bolero”, Gilberto comparte duetos con cuatro artistas a los que conoce musicalmente “y me dio gusto trabajar con ellos”.
Los intérpretes mexicanos Marco Antonio Solís, Eugenia León y Natalia Lafourcade, y la cantante cubana Lena Burke, forman parte de “mis cuatro invitados de lujo” en esta producción que se grabó entre Miami y México.
HH: ¿Por qué no participaron artistas locales?
GILBERTO: Este proyecto se originó en México y quería tener figuras que se conocieran para que me sirvieran de puente. Se trajeron varios nombres a la mesa. Me lo gocé y me dio gusto trabajar con ellos. Este disco y el próximo los producen ellos.
El intérprete se dispone a viajar a algunas ciudades de los Estados Unidos para llevar a los diferentes escenarios “la gira del amor”. Luego retomaría la promoción del disco y “me encantaría hacer un concierto”.
Gilberto: el abuelo
“Estoy ridículo. Echo una porquería. Esta experiencia es la mejor del mundo. Llamo a mi nieto todos los días. Hablo con él y las cosas que me dice las entiendo, aunque él a mí no”, cuenta el artista refiriéndose en niño de un año y cinco meses.
Por Helda Ribera-Chevremont
Fotos: Rebecca Riopedre