3/6/14 – Un compartir con la madre y dos de los tres hermanos de Millie Corretjer, trajo a la memoria de Helda Hoy aquel momento en que nos confesó, en 1991 a la entonces Revista VEA, la tenaz oposición de su padre, el ingeniero Jesús Francisco Corretjer, en su ambición por ser artista. Aunque en la foto de archivo que ilustra este reportaje tenía 17 años, había iniciado su carrera frente a las cámaras de televisión a los 15 años como animadora del programa infantil “La Ola Nueva” que transmitía SuperSiete.
Contaba Millie – nieta del poeta Juan Antonio Corretjer – que “papi pensaba que ese no era el mejor lugar para mí y trataba de desviar mi atención hacia otras facetas del arte, como modelaje, ballet y música. Nunca imaginó que éso me abriría las puertas de la televisión”.
Relataba en aquella época que la tenaz oposición de su progenitor, respondía a sus arraigados principios religiosos. La familia asistía con regularidad a la Iglesia Discípulos de Cristo, localizada en El Señorial.
“Nada vergonzoso hago. Me dejo llevar por mis principios desde que me convertí al Evangelio a los diez años. Nada de malo hay”, decía.
Tanto le gustaba la música que optó por estudiar la flauta. Su padre tocaba guitarra, al igual que sus hermanos Jesús y Arturo. Reconocía que no era su fuerte, pero lo ensayaba para su deleite. Su pasión, admitía, era el drama y el canto, y en eso se desempeñaba en la escuela y en la iglesia.
Tenía buenas notas en la escuela y deseaba mantenerlas porque se proponía estudiar un Bachillerato en Sicología. Sus hermanos “están en la universidad y son bien estofones”. (“Jesús cursa el quinto en Ingeniería Eléctrica con cuatro puntos y Arturo, de 21, va para Administración de Empresas. Tamar, la pequeña de 10, es muy buena alumna”, indicaba Millie, quien se encontraba muy ocupada en la grabación del casete “A Cantar Con La Ola Nueva”).
La mamá de Millie, Milagros Maldonado, comparte con su hijo, el licenciado Arturo Corretjer; y con Tamar, ahora con 34 años y profesora de grados elementales del sistema International Montessori, en Pasadena, California. Jesús, el mayor, radica en Florida, mientras que Millie también reside en Pasadena junto a su esposo Oscar de la Hoya y sus tres hijos.
“En total tengo once nietos y viajo a ver a los que están afuera”, dice la orgullosa abuela casada en segundas nupcias. De ella heredó Millie su belleza.
Por Helda Ribera-Chevremont
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