21/02/16 – LA sala se colmó de melenas color ceniza, entre los también numerosos recortes convencionales en cabellos de sal y pimienta (“salt & pepper look”)… ¿Y por qué no decirlo?…la inexistencia capilar en muchos otros. Pero no lucían mayores. Parecían más bien dominados por el espíritu de la juventud: como entes posesos de una enorme nostalgia musical que se tradujo en fervorosos aplausos, brincos en las sillas e improvisados bailes.
Y es que debían saborear el momento, pues desde 2008 aguardaban por el reencuentro en Puerto Rico con la agrupación que les ha deleitado por más de cuatro décadas: Kansas.
La banda de rock progresivo se presentó en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré el pasado domingo, ante una entusiasta audiencia que también le sirvió a modo de enorme coro durante el grueso sus interpretaciones. La tarde inició con “Point Of No Return” frente a un público delirante que asistió a lo que fue la segunda presentación del grupo en su recién iniciada gira de 2016.
Con camisas negras y mahones oscuros, el cantante y tecladista Ronnie Platt, dio la bienvenida al espectáculo que continuó con “What’s On My Mind”. “Play The Game” inició con un solo de violín a cargo de David Ragsdale y sobresalió gracias al talento en la guitarra de Rich Williams. Pero fue con “The Wall” que el grupo, oriundo del pueblo de Topeka, recibió su primera ovación de pie. “Reason To Be” ofreció la oportunidad de que el público pudiera apreciar deliciosas armonías vocales que fueron aderezadas nuevamente por la espléndida participación del violinista, que también funge como guitarrista y cantante.
Predeciblemente, el gran momento del recital se produjo cuando Kansas interpretó su éxito más emblemático: “Dust In The Wind”. Generaciones (muchos asistieron con lo que parecía descendencia), acompañaron a los músicos durante esta canción que para muchos representa un himno.
“Ustedes están llenos de energía. Nos encanta tocar para ustedes, estamos realmente agradecidos”, señaló en inglés el bajista y vocalista Billy Greer, antes de anunciar que el 4 de septiembre saldrá la nueva producción musical de la banda. De este material, Kansas interpretó “Miracles Out of Nowhere”, que también da título a un documental acerca de la historia y trayectoria del conjunto, que también integra el tecladista y cantante David Manion.
Sin lugar a dudas, “Icarus” marcó uno de los mejores momentos del recital que siguió con “Opus Insert” y “Closet Chronicles”. Los primeros acordes de “Hold On” provocaron que no pocos se levantaran como resortes a aplaudir, bailar y cantar esta canción de la que el bajista destacó la interpretación vocal del señor Platt.
“Empezamos en 1974. Yo tenía doce años”, bromeó Greer antes de agregar que “no, no…eran 22”.
“En fin, espero que no les moleste que cantemos un tema de nuestro primer álbum”, dijo dando paso a “Belexes”.
Esta pieza incluyó un segmento nutrido por violín, bajo y guitarra eléctrica, que enloqueció a la audiencia hasta llegar a un gran final a cargo de Phil Ehart, quien tocó platillos y los dos bombos de su roja batería Yamaha…como si no hubiera un mañana. Kansas acababa de alcanzar otro instante apoteósico en su presentación, cuyas interpretaciones fueron acercándose cada vez más al rock verdaderamente pesado, a medida que avanzaba el concierto.
El bajista Greer pidió que el público lo acompañara con sus palmas para entonar “Portrait” y luego, “Sparks”. Con ésta última, los integrantes de Kansas dejaron a la concurrencia bailando y aplaudiendo, mientras abandonaban el escenario sobre el que se proyectaba la imagen de la carátula de su disco homónimo, lanzado en 1974.
Kansas regresó a su público, al son del los gritos que vociferaban “We Want Rock”. Eso, a la usanza de aquellos viejos conciertos en que se requería la presencia del artista haciendo ruido en los bleachers y prendiendo encendedores.
La respuesta del cantante Ronnie Platt no se hizo esperar antes de ofrecer “With Fire”.
“Alright San Juan, thank you for supporting us during 43 years. What a great crowd, you guys are awesome”.
La presentación finalizó con “Wayward Son”, tras el grito del cantante:
“Did you have a good time tonight?”.
Y el alboroto del público fue una respuesta contundente:
“Yes, yes indeed!”.
Por Nancy Piñero Vega
Fotos: José León