21/02/16 – HAY estrellas que no necesitan de aderezos, artificios ni mucho adorno. Se trata de seres que se adueñan del escenario, dando esas pisadas fuertes que sólo pueden fraguar el talento y la experiencia artística de numerosos lustros.
Tal es el caso de Paloma San Basilio: cantante y actriz que arribó al proscenio de la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, el sábado en la noche: para demostrar una vez más que se pasea con gracia por diversos géneros musicales, desarmando a cualquiera que pretenda encasillarla. Sin coros, sin bailes, sin otros ornamentos… equipada sólo con el poderío de su voz.
La velada comenzó con una versión instrumental de “Somewhere Over the Rainbow”, interpretada por más de cuarenta músicos, bajo la batuta del maestro Pedro Rivera Toledo. Al cabo de esa introducción, Paloma entró enfundada en un elegante vestido rojo, que ponía de relieve que esta madrileña nacida en 1950, se conserva muy bien.
“Esta es una noche de historias. Aún recuerdo cuando pisé este teatro por primera vez. Llevaba una peluca rubia. Poco después regresé…ya sin peluca…para seguir aquí. Son casi cuarenta años de estar en este teatro. Y no digo más, porque me pongo sentimental”, confesó antes de dar paso a una serie de cortas versiones de boleros como “Sabor A Mí”, “Contigo En La Distancia” y “Tú Me Acostumbraste”.
Acto seguido, agregó en torno al incuestionable éxito que ha tenido en este lado del charco y que la ha llevado con esta gira sinfónica por diversas naciones.
“Mis alas son América. Sin América, mi vuelo habría sido mucho más corto y rápido”.
El concierto, que sobresalió además por los impresionantes arreglos musicales de Juan Cuacci (también al piano), prosiguió con una versión en clave de bolero de “El Día Que Me Quieras”. Con ésta, provocó el encendido de la colmada sala que coreaba la emblemática melodía popularizada originalmente por Carlos Gardel. Acababa de acontecer uno de los mejores momentos de la noche.
Paloma sorprendió con su peculiar versión de “Ojalá Que Llueva Café”, alejadísima del merengue.
“No voy a ser menos que Juan Luis Guerra que la anda cantando por ahí”, bromeó en referencia a que el cantautor dominicano se presentaba esa misma noche en el Coliseo de Puerto Rico.
Un homenaje al maestro Armando Manzanero tomó forma gracias a su interpretación de “¿Será Que Hoy (que tengo un mal día)?”, que arrancó un sonado “¡Te amooo, Paloma!” de un fanático entre (del) público. La española respondió con picardía que “eso me lo tienes que decir luego en el camerino”. Y añadió muy quedo: “Yo también”.
Los éxitos de San Basilio, “Cariño Mío” (con toques tropicales) y “Demasiado Herida” (aplaudida a rabiar desde los primeros acordes) precedieron a uno de sus primeros éxitos discográficos: “Beso A Beso Dulcemente” y a la gratamente acogida, “Luna de Miel”.
La protagonista de los musicales “Víctor O Victoria”, “My Fair Lady” y “El Hombre De La Mancha”. Entonces entonó ٴ“Juntos”, la canción juguetona y ultra-pop que popularizó en 1980… ahora en una modalidad lenta; como poseída por un dejo de nostalgia.
“Esta melodía se convirtió en una de las favoritas de los niños de la época que han seguido cantándola por años”, relató antes de saludar a la exgobernadora Sila María Calderón, a quien tildó de “tan mona y tan linda”. (“Qué mucho charlamos las dos. Compartimos los secretos de nosotras: las mujeres de cierta edad, pero de muy buen ver”, subrayó).
Entre risas y aplausos, también agradeció la presencia de Chucho Avellanet y su esposa Marisel García.
“Chucho es como para tenerlo en la mesilla de noche, tan divino…”, comentó
La intérprete de “La Fiesta Terminó” expresó que cuando iniciaba su promoción en América Latina asistió a un programa de televisión en Puerto Rico.
“La animadora tenía un collar con dos bolsitas: una de cobre y la otra de plata. Le comenté que era un adorno hermoso y ella… se lo ha quitado del cuello y me lo colgó. Estuve meses de gira con aquel collar. Gracias Nydia (Caro)”, señaló sobre la conocida “Muñeca de los Ojos Brujos” que también se encontraba en sala.
Antes de anunciar que cambiaría su vestido rojo porque “parezco una hemorragia”, sostuvo alegremente:
“¿Será algo de la tierra, que ustedes son tan monos? Bueno, (los españoles) tampoco estamos tan mal”.
La orquesta interpretó “Alfonsina y el Mar” para dar tiempo a que la señora San Basilio retornara con el cabello repelado y un vestido tornasol, cuyas lentejuelas malva le adjudicaban el aire propio de la más lujosa de las galas. Modeló el vestido cuyo escogido y corte adjudicó a que “me pongo estas cosas desde que vi <<La Sirenita>>”.
Pasó a un tono más serio, al vocalizar “Invierno Sur” y continuar con la emotiva “Mediterráneo”, del catalán Joan Manuel Serrat.
“Porque ese mar ha sido el puente de comunicación entre culturas, por siglos. Hoy cientos dejan la vida allí, cuando van en busca de una vida mejor”, mencionó antes de comenzar su interpretación.
Un cambio de ambiente se produjo al iniciar la sección que Paloma San Basilio dedicó a clásicos en lengua inglesa como “Somewhere Over the Rainbow”, “Las Gafas de Lennon”, y “Let It Be”.
La capacidad vocal de la creadora de “Nadie Como Tú” brilló durante el “Himno al Amor”, por lo que fue ovacionada bajo una lluvia de “¡Bravo!”. La artista correspondió agradecida planteando que “¡como se ve cuáles son de mi generación!”. Luego ofreció una versión con segmentos en español y otros en inglés de “Stand By Me”, para entonces pasar a la simpática “Singing In The Rain”.
“Mi más reciente disco, <<Voces>> es maravilloso y seguramente no se editará en Puerto Rico, porque estas son las cosas que ocurren con las disqueras ahora. Participaron conmigo los niños del coro francés de Saint Marc”, puntualizó antes de la interpretación que le ganó otra ovación de pie y el apoyo tan caluroso como incuestionable de la audiencia.
La también escritora (de ficción, memorias e incluso de columnas en el periódico ABC) aprovechó el respaldo del público para destacar nuevamente la labor del pianista Cuacci y del director Rivera Toledo.
Pero fueron las primeras notas de “No Llores Por Mí Argentina”, del musical “Evita”, de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, lo que desató la mayor ola de emociones en el público. La protagonista del musical sobre Eva Perón, que la mantuvo en cartel por años en España y América Latina, alcanzó el momento cumbre del recital tras interpretar la canción más famosa del personaje también conocido como la “Reina De Los Descamisados”.
Paloma se alejó del escenario a modo de despedida, pero sin abandonarlo. “En Mi Viejo San Juan” marcó el inicio del encore que quiso finalizar con un “muchas gracias Puerto Rico; por siempre, hasta siempre”. Pero no pudo marcharse. Sencillamente, no la dejaron.
“Bueno, voy a darles un regalito. Es como un chocolatito, un dulcecito, una tarta de manzana que no podemos comer mucho, pero vamos…”. Entonces se sentó en un taburete y acompañada exclusivamente del piano, dio paso a “Alfonsina Y El Mar”. Y así, envuelta por las metáforas musicales que narran el suicidio de la escritora argentina Alfonsina Storni, esta Paloma emprendió el vuelo y abandonó el escenario entre aplausos que reconocieron el éxito de la velada y que por momentos parecieron incesantes.
Por Nancy Piñero Vega