EL embate que recibe el mundo con la aparición y propagación del virus que causa el COVID-19, nos hace recordar a muchos el contagio sufrido por miembros de nuestra clase artística durante los brotes de Influenza, el Zika y dengue. Precisamente, esta última epidemia puso en riesgo la vida de Jazmín Caratini en 2011, tras contraer un dengue hemorrágico que la llevó a sufrir un paro cardiorrespiratorio.
“Las plaquetas y la hemoglobina bajaron tanto que estuve en cuidado intensivo para realizarme una transfusión de sangre”, nos contaba la actriz que estuvo cuatro días en estado de coma y entubada.
Por algún tiempo Jazmín tuvo que recibir asistencia de su familia, ya que debido al paro “me dan taquicardias en lo que el corazón cae en tiempo”. Igual le fue prohibido hacer ejercicios por orden de su médico de cabecera y por eso “estoy volviéndome loca, pero debo obedecer”.
Los graves síntomas de aquel dengue hemorrágico se dispararon una semana antes del estreno de la obra “Tortita de Manteca” en el Teatro Coribantes.