17/06/19 – POR segunda ocasión Vivo Beach Club nos brinda el festival “Rock In Vivo” con las bandas Quiet Riot, Dokken y la roquera Lita Ford. La actividad muy bien organizada y con una asistencia concurrida a pesar del corto tiempo que tuvo la fanaticada metalera de comprar taquillas, al estas estar disponible apenas tres semanas atrás, no normal para un evento de esta categoría.
El festival se inició con la banda del patio All Star Jam que incluía al reconocido guitarrista puertorriqueño Alcides Figueroa. La agrupación tocó varios covers de bandas de heavy metal y de rock, como: Scorpions, White Snake y Sammy Haggar, entre otras. Cada una de las canciones bien interpretadas, fueron bien recibidos por el público presente.
El primer turno de las tres agrupaciones que tocarían en la noche lo tuvo Quiet Riot, que comenzaron tocando un intro de la canción “Metal Health”, para rápido iniciar con “Run For Cover”. A pesar de que tocaron sus canciones más conocidas: “Mama Were All Crazee Now”,”The Wild And The Young”, “Cum On Feel The Noize” y cerraron con “Metal Health”, ninguno de los miembros de la banda, pero ninguno, que vale recalcar, eran de los integrantes originales.
En otras palabras, lo que vino fue una buena banda tributo de la música de Quiet Riot. En realidad, lo único original que presentaron fue el tradicional stand del micrófono de líneas blancas y negras que usaba el difunto, el irremplazable cantante fundador, Kevin DuBrow. Esta presentación además de no presentar un concepto original también falló al sonidista no poder distinguir momentos claves de la instrumentación en las canciones.
Quiet Riot dejó un sabor agridulce al no presentar una propuesta original. No obstante, los nuevos músicos que representan el concepto complacieron nostálgicamente lo que en un momento fue una gran banda.
Aunque Quiet Riot sólo entretuvo, Lita Ford puso a gozar a los espectadores. La todavía guapísima reina metalera, porque la doñita tiene 61 años, y como diríamos por ahí: ¡Aún se va!, demostró que sique en su prime. Con mucha energía inició su presentación y con su clásica guitarra roja, Warlock, evidenció rápidamente sus dotes de guitarrista con un solo en la segunda canción, “Larger Tan Life”.
Lita se dio a conocer a finales de la década de los setenta con la banda “The Runaways”, de los cuales interpretó su clásica canción “Cherry Bomb”. Antes de terminar su set vocalizó la balada que hizo famosa con Ozzy Osbourne, “Close My Eyes Forever”, cerrando con su gran éxito, “Kiss Me Deadly”.
Definitivamente la mejor presentación de la noche fue la de la dama Lita Ford. Para su primera visita a Puerto Rico no defraudó a su fanaticada dando un magistral y corto espectáculo de mucha calidad y energía.
Decir que la presentación de Dokken fue agridulce es un elogio, porque en realidad fue decepcionante. Su cantante original, Don Dokken, no logró cautivar a la audiencia con su desmejorada imagen y voz. El cantante debe reconocer que ya es hora de retirarse de la escena roquera y hacerlo con dignidad, ya que el sábado la imagen que dejó en la Isla no fue la mejor.
A pesar de tener una excelente banda, su voz opacó, negativamente, el magistral trabajo que estaban haciendo los músicos. Dokken tocó varios de los éxitos que los hicieron famosos en los ochenta, como, “The Hunter”, “Breaking The Chains” y “Dream Warriors”. Finalizaron su desastrosa presentación con “In My Dreams”, donde el cantante se quedó sin voz y las notas altas fueron interpretadas por el bajista, Chris McCarvill. Hay que mencionar que, a partir de la pobre ejecución de Dokken, muchos de los presentes se retiraron de la actividad.
La segunda entrega de “Rock In Vivo” no fue la mejor, salvo de la magna función que presentó Lita Ford. El tributo de Quiet Riot, no estuvo mal, pero no era el concepto original, por eso señalo que fue más una banda tributo. El tercer elemento de la actividad, Dokken, que inclusive fue el cierre, eran una leve sombra de lo grande que fueron en los ochenta. El honor de clausurar el evento se lo debieron dar a Lita Ford, que dejó a todos locos con su presencia e interpretación.
Esperamos que, a pesar de lo agridulce del evento, se siga repitiendo. No obstante, para la tercera entrega y esperamos que suceda, los productores del evento deben ser más cuidadosos con las agrupaciones que traigan. Que sean de mejor calidad para que no defraude la nostalgia e ilusión del roquero local. Long live Rock and Roll!
Por Jaime Morales, Historiador