25/02/19 – A las instituciones musicales es difícil reseñarlos, porque no se puede esperar menos de su presentación. Eso pasó en la noche del pasado sábado con los salseros Richie Ray y Bobby Cruz en su concierto “One Last Time”, con el que celebraron sus 55 años en la industria musical en el Coliseo De Puerto Rico José Miguel Agrelot.

El concierto cumplió con las expectativas de los fanáticos al acompañarlos en cada una de las canciones y a bailar, tanto salsa como bolero, en cada espacio del Choliseo que permitiera tirar pasos y volteretas de salsa o acurrucarse al son del bolero.

El dúo bestial nos recibieron con la pieza “La Zafra”, la cual fue complementada con imágenes de la peonada y de la industria azucarera puertorriqueña, para luego cantar “Mi Mayoral”. Después de la segunda canción Bobby aprovechó para saludar y vacilar con el público sobre su edad, lo cual durante toda la velada utilizó para justificar su retiro de los escenarios, determinación que el productor Rafo Muñiz aún no lo desea que se materialice. También en ese momento se disculpó por si acaso se le salía algún gallito a causa de que, tanto él como Richie,  estaban enfermos. Sin embargo, no fallaron en darnos un buen espectáculo.

Richie y Bobby, previamente anunciaron que este concierto no sería de repertorio sacro. Ambos salseros son cristianos conversos hace 45 años y se han mantenido siendo un ejemplo de lo que es un artista cristiano que también canta música secular. No obstante, cantaron “Los Fariseos” y “Juan En La Ciudad”, que es una alegoría de la parábola del hijo pródigo.

La sala se encendió al iniciar los acordes de “Agúzate” que es parte de la famosa trilogía de la Orquesta de Richie Ray y Bobby Cruz. Con esta pieza Ricardo Ray demostró su calidad de pianista clásico y uno de los mejores del género.

Uno de los momentos memorables del concierto fue la interpretación de “Mr. Trumpet Man”, junto con un duelo vocal con Jerry Medina. Importante recalcar que este fue trompetista del grupo Batacumbele y que estuvo presente como parte de los coristas, con el trompetista de la orquesta Julito Alvarado.

En la presentación cantaron dos boleros que Richie Ray y Bobby Cruz que hicieron famosos junto a Viki Vimari, pero en esta ocasión lo hicieron con la salsera Michelle Brava: “Yo Sé Que Te Amo” y “Cuando Me Digas Sí”.

Con la segunda pieza de la trilogía, la cual define el estilo musical de los salseros, “El Sonido Bestial, los ánimos de los asistentes se pusieron en las nubes. Entre la excelente dirección musical por el yerno de Bobby Cruz, Víctor Ortiz; y una orquesta compuesta por maestros musicales, nos brindaron una entrega magistral de lo que es verdaderamente un sonido bestial.

En la interpretación de “El Yambú” se le unió a la orquesta el tenor de los salseros, Alex de Castro, quien luego de terminar la pieza dio testimonio de cómo la música sacra de Richie y Bobby lo ayudó a aceptar a Jesús como su Salvador y a convertirse en pastor. También pidió oración por Venezuela mientras sostenía la bandera de dicho país hermano hispanoamericano. Alex se quedó en el escenario para cantar “Guaguancó Triste” y darle un descanso al viejito de Bobby Cruz, de modo que pudiera regresar y cantar la última de la trilogía, “Richie´s Jala Jala”.

El momento culminante de la noche fue la interpretación de “Mi Bandera”. La canción fue complementada con un video proyectando momentos claves de personalidades artísticas y deportivas mostrando la monoestrellada y culminando con la querendona de oro, la tenimesista Adriana Díaz, quien entró a la tarima enarbolando la bandera de nuestro terruño. En ese momento el Choliseo se quería caer de tanto patriotismo. Con este gesto los productores se robaron el show.

El concierto cerró con otros de sus clásicos: el bolero “A

Mi Manera”, la cual la cantaron acompañados con el público.  Y terminaron con “Ahora Vengo Yo” para que los bailadores y no bailadores tiraran sus últimos pasitos.

El poder presenciar 55 años después la música de una institución salsera de la calidad de Richie Ray y Bobby Cruz, definitivamente es una bendición del creador, y damos fe que ambos músicos están de acuerdo en que todo lo han logrado gracias al de arriba y su perseverancia en los valores que representa la religión que practican por 45 años. Ahora, en realidad fue un “One Last Time”… ¡Ujummmm!

Por Jaime Morales, historiador

(Coral Muñiz)