31/12/18 – LA Sala Sinfónica del Centro de Bellas Artes de Santurce se llenó de la grandeza de la peculiar voz de “El Trovador De La Salsa”, Sammy Marrero, quien fue el cantante de la orquesta de Raphy Leavitt. El evento se celebró a pesar de la controversia que ha surgido en los pasados meses entre la familia del fallecido exdirector de la orquesta La Selecta, que no permiten que Sammy Marrero cante las canciones que interpretó por más de 40 años.
No obstante, Marrero cantó las canciones que popularizó junto a Leavitt. Durante la presentación agradeció y reconoció la aportación de Raphy Leavitt en su carrera como cantante, pero en ningún momento se mencionó el nombre de la orquesta, La Selecta.
La concurrida sala estuvo compuesta mayormente de adolescentes de la última edad, que cantaron y bailaron las canciones del pequeño gigante de la canción tropical, que entró a la sala engabanado y con su distintivo sombrero al son de “Amor y Paz”. Luego nos presentó “El Buen Pastor” junto con su primer invitado, Oscarito Serrano “Qué Loco”, quien aprovechó para reconocer el legado de Sammy y echarle todas las bendiciones.
Continuó el espectáculo con “Herido” y se tomó un descanso, lo cual hizo en varios momentos del concierto, siendo necesario para una persona de 76 años. En ese instante lo sustituyó uno de sus coristas, Charlie Maldonado, cantando “Primera Vez”. Hay que señalar que la voz del Trovador de la Salsa fue tomando fuerza durante el concierto.
Sammy Marrero regresó al escenario para interpretarnos su gran éxito, el bolero “Payaso”. Canción que se popularizo en 1971 y llevó a Sammy Marrero al estrellato. Al finalizar le agradeció a Raphy Leavitt la gran oportunidad que le dio “de viajar el mundo y de cantar en su orquesta”.
Otra gran presentación en el concierto fue la llegada del hombre de las “dos pulgadas” Juan Manuel Lebrón “Juanma”, para entre ambos cantarnos “Chiquilla”, la cual Juanma popularizó como bolero.
El momento cúspide de la presentación fue la entrada al escenario de Domingo Quiñonez, donde cantó, soneó y trovó junto a Sammy Marrero las canciones, “Si Me Caigo Me Levanto” y “Somos El Son”. Domingo logró que los asistentes en la Sala Sinfónica se levantarán de las sillas y bailaran y cantaran estas dos canciones que popularizó Sammy. En “Somos El Son”, en uno de los soneos Domingo describió a Sammy como la estrella de nuestra bandera, y como maestro y decano de la salsa.
Para cerrar el concierto se unió con la orquesta de Sammy Marrero, que fue magistralmente dirigida por Edgar Nevárez, el reconocido cuatrista Prodigio Claudio, que antes de tocar las últimas tres canciones nos deleitó con un popurrí de canciones típicas y tradicionales de nuestra Isla, y de ahí paso a “Jibaro Soy”.
Durante el popurrí los músicos de la orquesta aprovecharon y se cambiaron las camisas a una que decía, “Yo soy Sammy Marrero”. A Prodigio y Sammy, se sumó el reconocido trovador Eduardo Villanueva, que, junto al Trovador de la Salsa, nos cantaron varias décimas que entre ellas se distinguieron: “falleció el director que nunca cayó al cantor”, y “Dios sabe de frente que aquí esta Sammy Marrero”. Luego, el protagonista del espectáculo cantó la “Cuna Blanca” para terminar con “Siempre Alegre”, uniéndose entonces los invitados de la tarde: Oscarito, Juanma y Domingo, y todos sonearon.
A pesar de la controversia de la familia Leavitt con Marrero, este nos presentó un concierto de mucha nostalgia de lo que fue su interpretación de las canciones de la Selecta. Los soneros y trovadores que compartieron tarima con Sammy Marrero aprovecharon cada soneo y trova para reconocer el legado musical que nos deja el Trovador de la Salsa.
Aunque Sammy se encuentra en su adolescencia de la última edad, nos deleitó con sus grandes éxitos de la orquesta que lideró junto a Leavitt. Dios permita más años de salud y fortaleza para que el jibarito pueda seguir cantando, soneando y trovando tal como lo hizo desde un comienzo y que no sea un final.
Por Jaime Morales