No ha habido mejor momento para empezar a compartir con el lector, particularmente el entrenador en el deporte, detalles del legado que nos dejó H. A. Dorfman, sicólogo especialista en jugadores de béisbol, en su libro “Coaching The Mental Game”. Espero que esta información sea para su beneficio, pero, sobre todo, para beneficio del jugador joven al que ¡tenemos la responsabilidad de enseñar!
Individuos difíciles ofrecen el mayor de los retos porque ellos ponen a prueba la comunicación y las habilidades de enseñanza del entrenador.
Los comienzos de muchos atletas buenos son rescatados al tratamiento de sus padres, amistades y entrenadores a temprana edad. La tolerancia de completa libertad sin responsabilidad o disciplina puede, de hecho, ser atroz/indignante. A través de tal trato, las perspectivas de gente joven – atletas jóvenes – se distorcionan. El comportamiento guiado por esa perspectiva a menudo lleva, en años posteriores, a la dificultad para el entrenador que, con razón, no aceptará el (mal) comportamiento.
Tratar de ayudar al atleta a llegar a una solución es parte de la responsabilidad del entrenador. También lo es asegurarse, o hacer todo lo posible, para ayudar al atleta a cambiar el comportamiento inaceptable para resolver el problema de una forma u otra. Los entrenadores deben estar seguros de que somos parte de la solución del atleta, no de su problema.