17/09/16 – DESDE que durante su niñez Laura Pausini escribía traviesamente en las paredes de Solarolo, en la provincia italiana de Rávena, supo que su hogar se encontraba en los escenarios. No se equivocó. Por eso a los 13 años se empeñó en que su papá la ayudara a grabar un primer disco (“I Sogni Di Laura”). Pero fue en 1993 que la ruleta de la vida giró para lanzarla al mundo entero. Se llevaba a cabo el Festival de San Remo, en la categoría de “Nuevos Valores” y ella se alzaba victoriosa al entonar el tema triunfador: “La Solitudine”.
Veintitrés años han transcurrido desde aquello. De ahí que posiblemente aún no nacía uno de los chicos que subió a la tarima del Coliseo José Miguel Agrelot, el pasado sábado, para entonar con ella a todo pulmón, precisamente, “La Soledad”. Eso, con el desparpajo que sólo detona la verdadera alegría, convirtiéndose en uno de los abundantes momentos encantadores del espectáculo “Similares”. Con este la italiana cerraría la etapa latinoamericana de su gira que, en lo sucesivo, la llevará por el Viejo Mundo.
Durante dos horas y media, la intérprete de “Un Error De Los Grandes” ofreció un concierto en que puso de relieve el perfecto estado de su voz: dueña de gran potencia y un registro impresionante. Pero no solo eso, la artista derrochó simpatía y evidenció que había hecho “su asignación”; pues frecuentemente intercaló frases idiomáticas puertorriqueñas (afirmó su antojo de mofongo y alcapurrias, aludió al “vacilón” y vociferó que “yo soy boricua, pa’ que tú lo sepas”).
El show abrió con visuales en tres pantallas de fondo, en las que predominaban tonalidades neón a la usanza de la década del ochenta. Tras esta introducción, Laura Pausini arribó al escenario luciendo un traje en lentejuelas color esmeralda para interpretar “Similares”, que precedió a “Enamorada”. Entonces saludó a la concurrencia que pobló el grueso del formato menor del Choliseo. Prometió una “noche brutal o por lo menos, yo la pasaré así”, antes de preguntar si alguien le ofrecía una piña colada.
Fue en la tercera canción que el público calentó los motores, gracias a la archifamosa “Amores Extraños” que interpretó con un acompañamiento a piano, mayormente. También fue recibida con gran acogida “Volveré Junto A Ti”: canción de su autoría que a principios de la década del 2000, recibió el Latin Music Award” (categoría Pop/Balada) de la American Society of Composers.
Antes de ofrecer el primer popurrí de la noche (que se nutrió de “Solo Nubes”, “It’s Not Goodbye”, “200 Notas” y “Cuando Se Ama” – que incluyó algunos versos en portugués), la artista aseveró que le gustaba conocer cosas de cada nación que visita. De ahí que pasara a felicitarnos por el triunfo olímpico de la tenista Mónica Puig, como puertorriqueña y mujer.
“¡Qué chula!, ¿no?”, planteó antes de revelar su plan de “echar varias alcapurrias en la cartera”.
Ante el reclamo de un fan por dicha decisión, respondió con un jocoso: “Ay bendito, no me chaves”. Tal reacción arrancó carcajadas de la concurrencia.
Un momento de gran energía se produjo al sonar el popurrí que mezclaba versiones originales en italiano con algunos segmentos en español, gracias a “Con la Música allá Radio”, “Bienvenido”, “Lo Canto” y “Es la Música”.
Al aparecer en una amplia túnica blanca, la creadora de “Dos Historias Iguales” exhortó a perseverar en la lucha y a “que nunca renuncien a sus sueños”.
Luego de pausar, agregó:
“Ya cuando creía que no lo lograría, descubrí que estaba embarazada”.Ante el nutrido aplauso de los allí reunidos, Pausini presentó dos melodías dedicadas al antes y el después de la llegada de su unigénita Paola: “Celeste” y “A Ella Le Debo Mi Amor” (que aderezó con imágenes suyas junto a la nena y dedicó a la “piccola mía: esto es para ti”). Además, emocionó a los presentes cuando contó que su hija había gateado por primera vez, estando en Puerto Rico.
La jurado del programa “La Banda”, salió del escenario brevemente para retornar con un brillante vestido color frambuesa para dar paso a la canción de su disco homónimo del 2000: “Entre Tú Y Mil Mares”. El entusiasmo ya enardecido alcanzó un escalafón mayor, con un popurrí de melodías que labraron una de sus mejores etapas, en términos de ventas discográficas. Nos referimos a segmentos de “Quiero Decirte Que Te Amo”, “Inolvidable”, “Las Cosas Que Vives”, “Nuestro Amor De Cada Día” y “Sino A Ti”.
Sobre “En la Puerta De Al Lado” relató que la compuso para una chica enamorada de un vecino.
“La conocí por las redes sociales y ya después que hice la canción, ella desapareció. ¿Se encontrará aquí esta noche?”, cuestionó antes de instar a seguirla en ese tipo de plataforma virtual.
La primera mitad del espectáculo finalizó con una de las interpretaciones culminantes de la noche: “En Cambio No”. Pausini escribió esta melodía tras acompañar a su abuela en el lecho de muerte. En la noche del sábado, la dedicó al cantautor mexicano Juan Gabriel.
“Primavera De Amor”, “Gente” y “Emergencia De Amor”, siguieron. La compositora detuvo ésta última para pedir a la concurrencia que le hiciera coro. Tras un solo de guitarras y bajo en clave rockera, la europea exhibió un cambio de vestuario adicional, hasta cierto punto inesperado: un traje negro a la usanza andaluza, con la que entonó “Regresaré”. Se despojó de algunas telas para explicar que la canción que popularizó Menudo, “Y Mi Banda Toca El Rock”, es de origen italiano.
Volvió a producir instantes gloriosos gracias a su segundo éxito internacional: “Se Fue”. En esta ocasión, Pausini ofreció el tema en género de salsa, tal y como figura en su disco recopilatorio “20 Grandes Éxitos” (2013) en el que lo interpreta junto a Marc Anthony.
La sabrosura y el entusiasmo dio un giro de 180 grados al iniciar posiblemente la ocasión más sobrecogedora de la noche: la vocalización de “Víveme”. Y es que más que ningún otro tema de la noche, fue éste el que mejor puso de relieve los extraordinarios recursos vocales de la llamada “italianianísima”.
Luego de “He Creído En Mí” (estreno dedicado a su fiel fanaticada durante más de dos décadas), siguió un popurrí cuyo hilo conductor fue el tópico de la superación. Laura confesó que ese grupo de canciones (“Dispárame, Dispara”, “Pregúntale Al Cielo” y “Escucha Atento”) le ayudaron a atravesar airosamente momentos difíciles de su existencia.
“Mis composiciones son 99% autobiográficas. Estas melodías muestran el período más difícil de mi vida personal. Afortunadamente, la música me ayudó a superar la rabia que había en mí”, revelo.
Dos fanáticos de la cantante, José y Antonio, subieron a la tarima para construir unos de los instantes más simpáticos de la noche con “La Soledad”: ocasión que estos muchachos aprovecharon para ser entrevistados por Pausini y tomarse selfies con ella.
“Hasta la próxima… y si es con mofongo, mejor”, dijo al despedirse la artista para regresar con la consabida ñapa que dedicó a un popurrí adicional de “Limpio”, “Surrender” y “Yo Estuve”. La aparente conclusión prosiguió con “Lado Derecho Del Corazón”, durante la cual lució un espectacular vestido dorado.
A esto, siguieron reprises de “Similares” y “Enamorada” al tiempo que la cantante mostró sonriente una bandera puertorriqueña, antes de marchar definitivamente.
El recital de Laura Pausini, tan abarcador como su exitosa trayectoria, dejó la satisfacción de que aún existen carreras sólidas e imperecederas, fraguadas al calor de voces de altos quilates. ¡Brava!
Por Nancy Piñero Vega
(Fotos: Teresa Orriola)