…Puerto Rico recibe a Lucecita Benítez
“De haber demorado 6 ó 7 horas más en llegar a su casa me hubiera muerto” (Lucecita Benítez)
“TENÍA que seguir aunque muriera en el escenario”, comentó Lucecita Benítez pasadas varias semanas después de su arrollador triunfo en el Primer Festival de la Canción Latina de 1969 en México, con el tema “Génesis”, de la autoría de Guillermo Venegaas Lloveras. Y es que tras bastidores, la estrella bayamonesa sobrellevaba un padecimiento crónico alérgico que se origina desde su nacimiento. Según relató entonces de forma exclusiva a la Revista VEA, aquellos dramáticos momentos se convirtieron en un verdadero desastre para la cantante, a días de salir al escenario en un intento por coronarse como la reina del festival.
“Lo de México fue horrible. Porque en un tiempo mínimo tenía que aprenderme los números, ensayarlos, arreglarlos… La tensión nerviosa era tan violenta que pasaban días y días sin poder comer ni una habichuela y sin poder dormir una hora… Después vino el día de la eliminatoria final y mi estado de nerviosismo llegó al paroxismo. A eso sucedieron actos, reuniones, homenajes, fiestas, etcétera, en forma ininterrumpida y a los cuales no podía negarme…”, rememoraba la artista.
Triunfante y de regreso a Puerto Rico, “sin descansar un día”, Lucecita entró en una crisis de salud delicada. Comenzó a sentirse tan mal que de inmediato lo condujeron a la residencia de su médico, el doctor Carranza. Y allí perdió el conocimiento.
En esa situación estuvo por espacio de 48 horas, “como me informaron después”. (“De haber demorado 6 ó 7 horas más en llegar a su casa me hubiera muerto. En esos términos y sin rodeos, así me lo dijo el doctor que durante muchos días me mantuvo en su propia hogar con una asistencia continua y escrupulosa. Y con la presencia de un par de enfermeras las 24 horas del día. Carranza temía que fuera leucemia. Pero por suerte no lo fue”, narró).
Después de haberla liberado de aquel inminente peligro, el galeno advirtió al productor Paquito Cordero que si deseaba conservarla viva no podía permitir que se recargara de trabajo. De modo que cada vez que iba a actuar, tenía que tomar una gran cantidad de pastillas de diversos medicamentos.
Así las cosas, todo marchaba más o menos bien… hasta que llegó su primera temporada en el Hotel Caribe Hilton y Lucecita volvió a recaer.
“Me dediqué en cuerpo y alma a preparar mi show porque representaba un gran reto. Sabía que se avecinaba otra crisis de salud, pero no quería decirlo a nadie. Dos o tres días antes de terminar mi presentación en ese hotel, me sentí tan mal que pensé que allí mismo me desmayaría, pero terminé el show a la cañona”, explicó entonces.
Y tal y como se le había advertido, de camino al camerino le sobrevino un fulminante ataque de asma.
“Me quedé sin habla y sin respiración… Era tan violenta la flema que me asfixiaba. Hubo que llamar a tres doctores, darme oxígeno… Carranza me prohibió que actuara los días que faltaban, pero yo le respondí que prefería morir en el escenario antes de dar por terminada la temporada antes de tiempo. Ante mi determinación tan inquebrantable, el médico me dio un baloncito de oxígeno para que inhalara en los breaks durante los shows restantes”, relató sobre esta Odisea.
Al parecer, la tensión nerviosa era tan intensa que Lucecita parecía reponerse al peligro en el escenario. Al dolor, a la imposibilidad física de seguir actuando… Sin embargo, aquella jornada en el Caribe Hilton la dejó en un estado de agotamiento total y absoluto.
Sin embargo, a la noche siguiente de terminar en la hospedería de San Juan, estaba debutando en Chicago. Y nuevamente quiso dar el máximo de su esfuerzo, pero ya el baloncito de oxigeno detrás del escenario no era suficiente. Fue necesario recurrir a la cortisona. Se hizo imperante utilizar esta medicación cada vez que daba inicio a una agenda fuerte de trabajo. Era peligroso, pero no quedaba otro remedio… Solo de esta forma podía mantenerse en pie.
A días de la celebración de su concierto «Lucecita Es Lucecita», el 28 de noviembre en el Centro de Bellas Artes de Santurce, recordamos que así comenzó Lucecita Benítez su trayectoria. Artista por vocación, desempeñando su arte con valentía. Aun a costa del riesgo de su propia vida. Dando a su público un pedazo de su alma en cada canción. (La reestrucuración de este escrito fue realizado por Helda Ribera-Chevemont, periodista de la Revista Vea por más de 30 años)
Helda Ribera-Chevremont, Periodista