27/9/15 – JOAN Manuel Serrat es el juglar de oro que trasciende generaciones. Es el trovador de conciencia que humaniza con su mensaje. Es por excelencia el poeta que seduce y encanta a su audiencia.
Así se presentó el cantautor el pasado sábado, en el Centro de Bellas Artes de Santurce, en su segundo día de concierto en Puerto Rico, como parte de su gira en donde celebra sus 50 años en la música.
Las notas puntuales, como es su presencia escénica, dieron paso a la primera melodía para que la audiencia subiera a “El Carrusel del Furo”. Y desde ese preciso momento, Serrat comenzó a pintar una velada musical delirante para sus fieles seguidores boricuas.
Y es que Serrat es un pintor de sus poesías, y como sabe conquistar con un aire fino campechano, logra en cada interpretación colocar su emblemática firma…Tal como fue presentada su marca como parte de la escenografía.
Su autenticidad para dirigirse al público y darle las gracias por su asistencia, es parte de la atmósfera que fluye cuando un artista realmente es genuino. Su primera intervención para platicar con la audiencia fue, precisamente, para reconocer que durante toda su trayectoria tiene que dar gracias “por los que me dieron alas, por los que me dieron lastre, por hacer, emprender y crear lo que me gusta, lo que me divierte, y con lo que me gano la vida”.
Atentos todos los presentes tanto a sus palabras como a su lírica, cada una de las canciones plasmadas en la voz del cantautor tomó mayor fuerza en la primera media hora. Así dio paso para interpretar “De Vez En Cuando La Vida”, “De Cartón De Piedra”, “Hoy Por Ti, Mañana Por Mí”, “Tu Nombre Me Sabe A Yerba” y “Niño Silvestre”.
Serrat sabe y siente lo que quiere transmitir, por eso es capaz de soltar sin tapujos las emociones en la cadencia de su cántico. Es un emisor musical sonoro y su audiencia se convierte en su receptor vivencial. Muestra de ello fue la interpretación de la canción “Algo Personal”, en donde el público aplaudió emocionado de la forma magistral que el artista cantó y dramatizó lúdicamente la pieza.
Ya avanzada la primera hora del concierto, Serrat, en la décima canción, “Ara Que Tinc Vint Anys”, compartió lo significativo de este tema en catalán porque enmarcar la reflexión de su vida evolutiva, en la que inserta el recuerdo de su madre.
Como artífice de grandes historias, Serrat no pierde el tiempo para meter a su público en la narrativa, y conversar de forma amena sobre su más reciente producción musical, “Antología Desordenada”. La describe en su sencillez como “un buen trabajo” en donde 33 compañeros artistas colaboraron con él, y uno de éstos, es el grupo puertorriqueño Calle 13.
Y como artista de pueblo emocionó a los presentes al cantar “Pueblo Blanco”. Y el cambio de los colores de la iluminación en el escenario se tornó azul tenue, realce de sobriedad en una canción que su verso culminante reza: “Si yo pudiera unirme a un vuelo de palomas, y atravesando lomas dejar mi pueblo atrás, os juro por lo que fui que me iría de aquí… Pero los muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio”.
Seguido el artista tocó las fibras del corazón borincano al cantar “En La Vida Todo Es Ir”, el hermoso poema de Juan Antonio Corretjer que musicalizó Roy Brown. El sazón español de la voz de Serrat provocó que el público en sus asientos se contoneara en un baila’o senta’o que lo disfrutó al máximo.
Entre las canciones que interpretó en esta velada, estuvo “Para La Libertad”, “No Hago Otra Cosa Que Pensar En Ti”, “Mediterráneo”, la que acompañó con su guitarra; “Romance Del Curro El Palmo” que interpretó magistralmente sentado; y “Hoy Puede Ser Un Gran Día”.
Serrat es un artista que enternece y estremece a su público con canciones como “Pequeñas Cosas” y “Caminante No Hay Camino”. Serrat es un artista cuya figura será difícil de borrar porque su esencia reflorece en la estación que ha construido en el corazón de su público.
Serrat sella esta velada en Puerto Rico con buenos deseos para la gente y con un beso que sopla en el micrófono, y que dice mucho de la sensibilidad de un gran artista que, además, dice tener una “Antología Desordenada”. Ese es el gran Serrat.
Por So León
(Fotos: José León)