28/4/15 – SE puso los guantes color de rosa y subió al ring con la frente en alto y la mirada fija. Proyectaba un lenguaje corporal como si estuviera lista para enfrentarse a cualquiera.
Lizmarie Quintana está ansiosa por competir con los demás comediantes de la industria. Específicamente con los hombres ya que, a su entender, a ellos se les hace más fácil llenar los teatros y reciben más apoyo que las mujeres.
«Creo que las mujeres comediantes se deben atrever un poquito más. Aquí en Puerto Rico hay muchas talentosas. Tenemos a Marian Pabón… y hay otras, demasiadas, que no se atreven a hacerlo pero que si podrían hacerlo”, afirmó Quintana mientras se recostaba de las cuerdas del cuadrilátero.
De inmediato agrega que «Marian es una mujer que baila, actúa, canta, y hace de todo. ¿Por qué no llenarle un teatro a ella? Yo quiero que las mujeres se respeten y las apoyen en la comedia. Si Raymond (Arrieta) hace 25 mil funcione, ¿por qué yo no?», cuestionó la comediante quien está pronta a regresar al escenario con su nuevo standup «La Mujer Injodible», a partir del 15 de mayo en el Teatro Tapia.
La lucha de Lizmarie para lograr que la mujer sea respetada en la sociedad trasciende las tablas, pues en conversación con Helda Hoy la actriz dijo que a diario recibe insultos y críticas cada vez que sube una foto en las redes sociales.
«Estamos viviendo momentos donde todo es Facebook y todo pasa en las redes. Siempre me están criticando, que si <estás gorda>, que si <qué cafre eres>. Realmente no me importa. Esa es la manera en que yo digo las cosas. Las digo como son, como yo las pienso. El que esté de acuerdo conmigo pues bien, el que no pues que siga andando», afirmó Lizmarie y agregó que contesta cada una de las críticas que recibe.
Al mismo tiempo, Lizmarie le dedica toda su energía a su nuevo standup «La Mujer Injodible», donde interpretará sus personajes reconocidos como “La Maripilly”, “La Apóstola” y “La Yolandita”. Igual incorporará nuevos personajes en los que parodia a Xuxa, Raphael, José Feliciano, Tego Calderón y Alejandro García Padilla.
Fotos y texto: Pablo Venes