TOPY IMANOL WA

5/12/14 – HOY concluyó un día duro para la industria de las comunicaciones que, al igual que un gran sector de la ciudadanía puertorriqueña, se ha visto afectada por el inesperado descenso de Topy Mamery.

Para algunos el momento de mayor impacto sería la sepultura de los restos del productor en el cementerio Los Ángeles Memorial Park, en Caparra. Para otros, un viacrucis de dolor comenzaría con su ausencia. De hecho, la viuda del ejecutivo de SBS participó del traslado del ataúd cuando fue sacado del auto fúnebre.

Otro momento intenso se vivió cuando entre aplausos, tocó el momento de retirar la caja de la funeraria para llevarlo al camposanto. Una vez allí, los allegados: Yolandita, Imanol, y las hijas y madre de Topy, entre otros, TOPY ENTIERRO 3ocuparon sillas frente al ataúd.

Sonia Valentín pronunció parte del duelo a nombre de la clase artística, mientras que el doctor José  Salgado lo hizo en nombre de la familia. Incluso, aseguro que estará presente en la vida de los muchachos y aseguró que Imanol seguirá los pasos de su padre y lo hará tan bien como lo hizo él en vida.

TOPY ENTIERROErick, con un turno en la ceremonia, agradeció “el haber sido su hermano con todo lo que eso implica (rió) y claro que lo voy a extrañar… ¡claro!”. (“Y tal como le dije a mi padre (Gilbert) hace once años, hoy le digo a Topy, gracias, gracias, gracias», expresó).

TOPY ENTIERRO 9Desde ayer, cientos de amigos, colegas, admiradores y curiosos, llegaron hasta la funeraria para despedir al que fuera conductor del controvertible segmento de “El Rollo de Topy” en “Lo Sé Todo”. Y allí igualmente se vivieron escenas muy dolorosas entre los familiares y estrechas amistades que compartían anécdotas y no salían de su asombro ante la muerte súbita ocasionada por un infarto masivo.

TOPY ENTIERRO 6Cerca del mediodía de hoy viernes, el cantante Aldo Matta interpretó una canción durante el servicio religioso. Yolandita se levantó de su asiento y caminó hacia él para abrazarlo y quedarse anidada en su pecho, mientras este cantaba.

Por Helda Ribera-Chevremont