6/10/14- EL pasado sábado, una Universidad de Puerto Rico iluminada, recibió a los miles de espectadores que llenaron el teatro riopiedrense para disfrutar de la adaptación en español del musical “The Sound of Music”. El reloj de la Torre marcó las 8:15 de la noche y comenzó la función. No obstante, el público continuaba llegando.
La nueva versión fue traducida por Jorge Pérez-Renta y Edgar García.
“La tarea ha sido titánica”, confesó García, quien también dirigió la pieza.
Lourdes Robles interpretó a la “María Reiner”, quien a pesar de estarse preparando para al monasterio, se enamora del “Capitán Von Trapp”. A medida que transcurre el montaje, la niñera se gana el cariño de la familia, y el amor del general, representado por Braulio Del Castillo. Ella, canción tras canción estremeció el teatro con su voz. Él, con su sola presencia provocó que el público se desbordara en aplausos, sin siquiera haber pronunciado una línea.
Dagmar Rivera personificó a la “Baronesa Schreider”. Yeidimar Ramos, Gabriel Santiago, Héctor Colón, Claudia Steffens, Patricia Muñiz, Thailand López, José Rodriguez, Miguelángel Lugo, Angelisse Torres, Patricia Suárez y Denise Alvarado, representaron los hijos del general. Por otro lado, Julio Enrique Court dio vida al “Tío Max”.
Samuel Morales dirigió la orquesta compuesta por 24 estudiantes del Departamento de Música de la UPRRP. Con violines, viola, violonchelos, guitarra, flauta, trombón,
trompas francesas, trompetas, tuba, clarinete y más instrumentos, lograron evocar armoniosas melodías. Acompañaron todas las intervenciones musicales del elenco y, además. tuvieron participaciones instrumentales. Las canciones más aplaudidas fueron “Do Re Mi”, “Sixteen Going on Seventeen” y “Edelweiss”. La primera soprano Margarita Castro-Alberty se destacó como la directora vocal y a su vez fue en escena la Abadesa.
José Manuel Díaz diseñó la escenografía, mientras que Nicolás Luzzi, la iluminación. Entre ambos lograron mantener la estética de la obra, a pesar de los múltiples cambios escenográficos. El público viajó sutilmente entre los interiores de la casona, su patio, un monasterio y hasta a un festival.
La boda entre los enamorados abrió paso a uno de los momentos más especiales de la noche. No hubo un solo parlamento. La melodía elevada por el coro de monjas fue suficiente. “Rainer” lució imponente con su traje de novia. Precisamente, Miguel Vando fungió como el diseñador del vestuario.
Al final de la velada, las casi tres horas de duración de la puesta influenciaron el ambiente en la sala.
Hubo niños acurrucados en los brazos de sus padres y nietas recostadas en los hombros de sus abuelas. En fin, ternura. No obstante, el público aplaudió cada una de las melodías. Hasta el final, los rostros se llenaban de satisfacción y las manos respondieron.
La Dra. María de los Ángeles Castro, Decana Interina de la Facultad de Humanidades del recinto, señaló un aspecto interesante sobre el trasfondo de esta historia. Y es que surge a partir de la situación en vida real del barón George von Trapp durante la invasión de Austria por las tropas hitlerianas en 1938. Se hizo un filme, pero “la familia tuvo poco o nada que ver con la película, para la que apenas la consultaron, y resintió ciertos aspectos como la simplificación de la historia familiar… y la caracterización del capitán como un hombre duro con sus hijos cuando su temperamento era amable y suave”.
Por Alejandra Rosa
Fotos: Pepe Pérez Mesa