21/4/14 – !Cuánto amor y qué grande ha sido Cheo Feliciano! Así no solo se comprobó por el fervor que desmotraron los miles de admiradores que desfilaron este fin de semana ante los restos del artista, sino por el llanto intermitente y las intensas expresiones de afecto y dolor manifestada por el gremio de la música.
Ayer domingo, por ejemplo, estuvieron presentes en el Coliseo Roberto Clemente un grupo de los más importantes exponentes de la salsa. Entre éstos, Gilberto Santa Rosa, Oscar D’Leon, Víctor Manuelle, Andy Montañez, Willie Rosario, Roberto Roena, Bobby Cruz, Luis Enrique, Pupy Santiago, Papo Lucca, José Alberto «El Canario», Tito Nieves, Tito de Gracía, Paquito Perez, Bobby Valentin, Papo Rosario, Ismael Miranda, Domingo Quiñones, Luisito Marín, Isidro Infante, Raphy Levaiett, Victoria Sanabria, Eddie Montalvo, Zita Rodríguez, el director musical Louis García y su hermano Dalbert.. Algunos de éstos son miembros de La Fania All Star, del grupo orquestado por Sergio George, Salsa Giant, y de El Gran Combo de Puerto Rico. Rubén Blades, en una entrada y salida fulminante, rindió tributo al sonero temprano en la mañana de sábado y de inmediato partió a los Estados Unidos por diversos compromisos.
Otros artistas que en estos días han acompañaron a la familia del virtuoso artista fallecido, lo fueron: Luisito Vigoreaux y su hermano Roberto, Humberto Ramírez (su mamá falleció este domingo), Lucecita Benítez (cantó «Génesis»), Conjunto Quisqueya, el trío Los Andinos, Gerardo Rivas (NG2), Juan José Hernández, Chaíi Hernández, Don Perignon, conjunto Los Hispanos, Danny Rivera, Hilda Curet, Juan Igor González, Wilfredo Gómez, Eduardo «Cabra» Visitante, Elías Lopez, Ramón Saldaña, Nydia Caro, Alexandra Malagón, David Bernier, Jéssica Cristina, Noelia Rodríguez (relacionista público del desaparecido sello disquero RMM de Ralph), Jacqueline Capó, Caro Lina, Eddie Miró e Ita Medina, «Cachete» Maldonado y otros.
La colaboración del colectivo para hacer posible este trascendental evento merece ser registrado para la historia. Y hay que destacar la iniciativa del productor Rafo Muñiz, atífice de la realización de este evento de gran valor, que tras compartir con Carmen Yulín Cruz su idea, recibió de ésta los apoyos, esfuerzos y recursos necesarios. La Alcaldesa contactó de inmediato a su personal que se encontraba de vacaciones por tratarse de la Semana Santa, para que se trasladará al coliseo a habilitar el área de lo que sería el velatorio de Cheo Feliciano.
En una reunión para diseñar la logistica de esta parte de los funerales, se reclutó a Charlie Castro que estaría a cargo de la seguridad del movimiento de la familia y de las personalidades VIP. Francisco Zamora y Nestor Galán «Buho Loco» (Telemundo y Z-93), fueron los maestros de ceremonia y encargados del manejo del turno de los artistas que fungirían como las escoltas del feretro. Los turnos y la cantidad de personas en los grupos variaban y fluctuaron entre los 15 minutos o media hora. Cualquier cantante, músicos o artistas que solicitara hacer la escolta era incluido en la lista.
En el staff de producción participaron: Sara Ramírez, la relacionista público Edumil Ruiz y Javier Mambo Castro. Gilberto Santa Rosa, junto con Rafo, se encargaron de convocar y notificar a la clase artística. La UTIER facilitoó la música a través de su «tumba coco» que tocó contínuamente las canciones interpretadas por Cheo y mantuvo a Angita (miembro del personal) al servicio de cualquier necesidad. CREA también apoyó con sus muchachos el montaje del evento en el área interior del coliseo.
Otros que trabajaron árduamente lo fueron los sonidistas: el equipo de Wichi Sound, Richiy Heredia y el ingeniero de sonido de Gilberto, César Sierra; Sophy Calvo trabajó el telepronter para proyectar la información que recibirían los maestros de ceremonia y las letras de las canciones que cantarían los artistas. El coleccionista de música, Robert Padilla, se ocupó de mantener el repertorio de temas de Cheo sonando en el interior del Clemente, incluyendo el himno de «La Borinqueña» que cantó Feliciano en uno de sus conciertos. A ésto, se suma el grupo de voluntarios que donaron su tiempo para despedir por todo lo alto a «El Niño Mimado de Puerto Rico».
Por Helda Ribera-Chevremont
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