24/2/14 – “La primera parte va a ser lenta”, advirtió Glenn Monroig refiriéndose al orden de las canciones, luego de haber esperado, entre comentarios jocosos y temas de conversación, a que entrara a sala una gran cantidad de público que no logró estar a tiempo al comenzar el espectáculo.
La celebración del “40 Aniversario” en el Centro de Bellas Artes de Santurce el pasado domingo, dio inicio con la participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Puerto Rico que, dirigida por el maestro Carlos Ávila, interpretó “Carnaval”. 
Luego, entró al escenario Glenn, para vocalizar “Questo o Quella” (“Rigoletto”), seguida de “Vesti La Giubba” (“Pagliacci”), dirigida esta vez por Frankie Suárez, ambas en italiano. Contó, como preámbulo a estos dos arias de óperas, cuando comenzando su carrera musical la soprano Maria Esther Robles lo catalogó de barítono y elogió su registro tan alto.
Glenn, quien lucía muy emocionado ante su sala llena de espectadores en su mayoría de personas mayores, dedicó a sus hijas “Vivir Para Tí”, del primer segmento de canciones románticas. Presentes en sala estaba su esposa y la niña habida en esa relación, otras dos hijas de ésta; y Paloma Suau, la primogénita de su ex Camile Carrión y el productor Gabriel Suau, además de la hija mayor de Gilberto. A partir de ese momento, el artista utilizó un pañuelo negro para secar las lágrimas que derramó esa noche. Y que de paso, contagiaron al público a lo largo de toda la velada. Acto seguido, vocalizó “Ni Tú Ni Yo”.
Los momentos emotivos comenzaron recordando a sus padres: Gilbert Monroig y Helen Jonas. Como preámbulo al tema “Contigo”, narró detalles agridulces y graciosos a la vez, de cuando se hicieron novios y se refirió a esa relación como “un calvario”. Hizo referencia, una vez más, al gran amor que lo unió a su padre y las noches de luna llena cuando compartían en Punta Maldonado en Piñones donde él surfeaba…”y papi con su Schaefer, su cigarrillo, metidos en el carro y yo echándole el brazo”.
El cantautor continuó el show con “Mujer”, “Usted” y “Llanto de Luna”. Todas relacionadas con Helen y Gilberto y “aquella crisis terrible en la que entraron después de un cojón de años…fue maravilloso y muy duro” (“Los viejos estaban ya mayores. <Voy a tirar la toalla>, me dijo mami. Después de eso, ella se convirtió en un paradigna. Le dio sentido a su vida. <Má, arranca en fá>, le dije. Y ella echó pa’ lante en su proceso. Y él (Gilberto) se zumbó bien duro, al garete”, contó para dar paso al tema “Un Imposible Amor”)
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El tiempo pasó, según Glenn, “y mami nunca volvió”. Pero ya en la última etapa de la enfermedad del bolerista, Helen lo fue a ver al Minilla (hospital), “pero me dijo que él no le quiso hablar”. (“<Yo creo – me comentó mami – que cuando yo salí por la puerta me dijo cabrona> Ese era mi papá”, expresó el artista sobre este relato que hizo llorar y reír a carcajadas al auditorio).
“Cuando Cae la Lluvia” escaló el clímax de las emociones porque se trató de un tema cantado a dúo entre padre e hijo. Una parte de un audio cantado por Gilberto, se utilizó para unir su voz a la de Glenn. Al concluir, el mismo artista recalcó su condición de llorón, ya que no paraba de dar rienda a su sentimiento. Con “Ahora y Qué” y “Creo Que Fue Amor”, cerró la primera parte del show.
De regreso al escenario, y con voz potente y fresca, el artista prosiguió con “Causa y Efecto”, tema que considera material para un taller de superación y restauración. A este siguió “Sin Tu Cariño” que fue acompañada por el público; “Y Entonces Volviste a Herir” y “Causa Perdida”.
En un momento determinado y como consecuencias de sus ocurrencias y comentarios que hacían reír, Glenn se acordó del recientemente fallecido Luis Raúl y hasta imitó su voz y su estilo irreverente.
“¡Se montó Luis Raul! – avisó sacudiendo la mano como en un acto espiritista – ¡Salamaya! Que se me baje que no soy responsable de lo que pase”, advirtió provocando más carcajadas.
Ya en las postrimerías de la velada, “Solo” y “Por Siempre” marcaron la despedida con el público que lo ovacionaba puesto en pie y reclamando su regreso. Los miembros de la orquesta se retiraron y Glenn, que había abandonado la tarima, volvió seguido de los músicos de la banda que siempre lo acompañan.
“Ya la gente se está yendo. Lo poco agrada y lo mucho enfada”, dijo como en efecto había ocurrido con un grupo de los espectadores.
Glenn cantó entonces “Corazón” y “Me Dijeron” de forma magistral. E incluyó alguna palabra soez en las letras donde le reclama al pana que no tuvo la confianza de confesarle su homosexualidad.
“Hoy los mojitos van por mí”, concluyó el hijo de Gilberto y Helen, dándole nombre al trago con el que pone fin a esa composición.
Por Helda Ribera-Chevremont
Fotos: Teresa Orriola
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