Desde nuestra infancia, escuchamos la historia del mundo de las caricaturas dónde le preguntan a un espejo y éste responde exactamente lo que se quiere escuchar. Sin embargo, un tiempo después, nos enfrentamos con la realidad de la vida y vemos que no se trata de historias, varitas mágicas, hechizos, ni espejos. Seguramente en muchos momentos de la vida, te has parado frente a un espejo…
¿Qué cosas has pensado al verte?
Imagina que pudieras preguntarle al espejo, “espejito, espejito”… ¿estás preparado para lo que el espejo tiene que responder?
¿Qué ves?, ¿Quién eres? Y ¿Dónde te encuentras?, son sólo tres de muchas preguntas que debes hacerte todos los días al mirarte al espejo.
¿Te encargas de SER la persona que quieres ser? ¿Estás en el lugar que quieres estar? ¿Te gusta lo que ves en el espejo?
Si por casualidad la respuesta a una de estas preguntas no es la que deseas, tienes la oportunidad de crear cosas nuevas y volver a preguntártelas cuando te encuentres frente al espejo nuevamente.
¿Qué vas a crear en esa nueva oportunidad?
Todos los días nos encontramos con espejos que no necesariamente se tratan de un cristal en el cual te ves reflejado. En ocasiones, las cosas que logras, las relaciones que tienes, los resultados que obtienes entre muchas otras cosas, son el espejo perfecto en tu vida.
¿Qué te parece mirarte al espejo momento a momento y poder ser la versión mejorada de ti mismo a cada instante?
Te aseguro que será una experiencia de mucho descubrimiento y aprendizaje infinito. Te invito a que de hoy en adelante, seas consciente de que tu espejo nunca te abandona y está ahí para ayudarte a sacar lo mejor de ti.
Al mirarte, ¿qué ves?
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