9/3/14 – ANOCHE sábado Jerry Seinfeld entró corriendo a la tarima del Coliseo de Puerto Rico, tomando por sorpresa al público que lo esperaba. Esta acción provocó de entrada que los espectadores estallaran en risas.
«Hey! creyeron que no iba a venir a Puerto Rico, Ah!», dijo de inmediato, probablemente haciendo referencia a un supuesto boicot organizado en su contra por el controvesial episodio donde se quemaba la bandera de Puerto Rico. Sin embargo, no hubo ningún reclamo y la noche transcurrió tranquilamente. Y es que este comediante es uno de los más grandes en el género de stand up comedy
En esta ocasión, la gente que asistió fue mucha más adulto que lo normal, de entre 35 hasta 60 años de edad. Además de diverso, pudo apreciarse grupos de españoles, judíos y gringos. (personalmente, recuerdo mi fiebre de Seinfeld y como me hice fanático de su estilo). Su elocución, por cierto, es limpia, causa risa de sin ser obsceno o hablar de sexo, sin pronunciar palabras vulgares. Estas seguramente han sido las razones que le han ganaron muchos fanáticos fieles a este comediante.
El show que duro 1 hora con 30 minutos de pura risa de principio a fin. Si bien estuvo lleno a capacidad, no tanto como los de que presentaba Luis Raül.Seinfeld mantuvo un ambiente muy activo y entretenido y hasta rodó por el piso en una de sus rutinas de comedia a sus 59 años de edad. A pesar de su popularidad, actuó sorprendido con el público, alagó con sinceridad la belleza de Puerto Rico y aseguró que volverá a la Isla de vacaciones con su familia por lo impresionado que quedó con el Pais. El ganador del premio Globo de Oro estaba vestido de traje y un viejo micrófono del 90, nada lujoso, pero que se veía que era parte del ambiente del show.
Toda su rutina fue genial, pero una de las mejores fue la que criticaba la tecnología como uno de los medios más antisociales que existe en nuestros tiempos.
«Es sorprendente como hoy en día no podemos vivir sin la dichosa cajita rectangular dentro de nuestros bolsillos. Nada más seguro que cuando usted está caminando por la calle y siente esa caja dura en sus pantalones. Y les apuesto a ustedes que aún sin mirar su smartphone ahora mismo, saben cuantas rayas de batería les queda, al menos un aproximado. Y es que no podemos vivir sin ellos… Sí, claro, es que nos encanta estar comunicados con nuestros seres más queridos y cuando lo hacemos le enviamos un texto o un email. No era de sorprender que nuestra dependencia a los teléfonos inteligentes y la tecnología fuera un tema que Jerry cubrió extensamente antes de que terminara la noche.
Seinfeld es un científico de la comedia, uno de los mejores escritores de todos los tiempos, un hombre que posee ahora mismo 40 porches vintage. Además, hace al menos 32 millones al año en ingreso de sindicación por sus programas repetidos «acerca de nada», sumándose ya a los 800 millones que ya este posee. Aunque puede darse el lujo de no hacer nada, este siempre asiste a algún club pequeño de New York o New Jersey a hacer algunas de sus rutinas para probarlas con el público. Afila sus palabras y así puede pasar meses y años de prueba. Pero cuando le toque pagar $70 o más para ver una de sus presentaciones, sepa que estas no tendrán ni una silaba echada a perder.
No ser un experto en el tema es exactamente lo que me hace perfecto que cualquier experto crítico en el tema. Y es que, ciertamente, el público se gozó el show de principio a fin. Sin duda, una perfecta comedia relajada para una salida de sábado en la noche.
Fotos y texto: Félix de Jesús
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