25/2/14 – LA ambición natural de Raúl Di Blasio era que su música instrumental llegara a todos los sitios: Europa, Oriente, Egipto, Oriente…Lugares visitados por el gran pianista, donde el ego lo motivo, y el deseo de que lo conocieran a él y su música. Sin embargo, a esa ambición se le suma la inmensa satisfacción de tener a su hijo participando como miembro de la orquesta. Compartirá el escenario con su gran amor, Steffano, quien toca la guitarra.
“Estoy orgulloso, estoy muy feliz de que me acompañe en este concierto para un público exigente como es el puertorriqueño”, añade sobre el joven que estudia música en Boston y que lo hace escuchar los discos de los Beatles. Y esto lo dice con mucha satisfacción.
Su pequeño hijo de 8 años se llama Alessandro D. Blasio y es fruto de su matrimonio con una mexicana. Toca piano. Debutó con él en Monterrey y “es talentosísimo”, como dice muy orgulloso y sonriente.
Raúl Di Blasio, quien regresó a Puerto Rico esta pasado fin de semana para presentar su recital sinfónico en el Centro de Bellas Artes de Caguas, hacia 8 que no se presentaba aquí.
“No tengo pausa, me dedique a abrir mercando en otros lugares para darme a conocer. No hay duda de que Puerto Rico es la <cocina de la música>. Personalmente, no le daba bola a nada en ningún lado. Vine a la Isla con la intuición de su gente me abriría el camino. Mi origen fue aquí”, recalca el llamado “Piano de América”.
Reconoce que no ha debido tardar tanto en regresa y se regaña a sí mismo “porque los amigos se buscan y no se dejan tanto tiempo” en el abandono. Pero la mente y el corazón son suficientes para guardar cada recuerdo, comenta con nostalgia.
Sintió melancolía cuando aterrizó en esta tierra y se quedó sin palabras por unos instantes…y comenzó a rememorar los momentos tan maravillosos que pasó aquí.
En su reciente concierto no hubo quizás el lleno que se esperaba, pero los que estaban eran, sin duda, seguidores fieles de ese virtuoso argentino, a quien escucharon recorrer parte de su repertorio habitual. Sin embargo, Raúl respondió a todas las peticiones que le gritaba la gente desde sus asientos. Lució hablador, contento, simpático, sincero y feliz. Igualmente, durante la conferencia de prensa celebrada días antes, el artista llamó a los periodistas por sus nombres de pila y se preocupó por conservarlos en su memoria. En su orquesta incluye siempre a la flautista Ana Belén.
“Estoy dispuesto a que si alguien me pide que venga a Puerto Rico a visitar colegios y universidades para estudiantes de toda clase, aquí estaré. Así como poder influir aunque sea a solo niño. Con uno solo que toque será ya habré asumido la misión”, dice y enfatiza que le encantaría poder trabajar con la juventud puertorriqueña para que su música trascienda.
Di Blasio volvería a Nuevo León, México, para celebrar 25 presentaciones. Allí 60,000 estudiantes fueron testigos del evento transmitido en todas las facultades de esa ciudad fronteriza, apoyado por el gobierno de México.
Regala un piano
Poco antes de dar inicio la conferencia de prensa, Carmen Junco, directora ejecutiva del Centro de Bellas Artes de Caguas, saludó a Di Blasio y lo abrazó lo besó hasta que las lágrimas se le salieron de la emoción.
“No puedo olvidarte nunca porque tú me regalaste el piano que se necesitaba en el Centro de Bellas Artes de Santurce”, reconoció.
Texto: Rebecca Riopedre
Fotos: Rebecca Riopedre y Pedro Ruidiaz
Raúl Di Blasio interpreto «Verde Luz» para la Prensa
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